El ser humano siempre ha tenido la necesidad de darle respuesta a lo que no se conoce con el fin de comprender el mundo que lo involucra. Muchos interrogantes giraron alrededor del conocimiento que hoy llamamos científico; por ejemplo, ¿por qué se da la herencia genética?, ¿cómo funciona nuestro cerebro?, ¿de qué se compone la materia?; también surgieron preguntas que involucran la tecnología: ¿cómo podemos generar electricidad de forma estable y segura? En la actualidad, muchos de esos interrogantes ya tienen respuestas, y muchas de ellas se aclararon gracias a los avances tecnológicos y científicos que se han jalonado en los últimos siglos.
Por ejemplo, en la medicina, la necesidad de comprender las enfermedades hizo surgir las vacunas y los antibióticos, los cuales han salvado un sin número de vidas en todo el mundo; como también el deseo de que los médicos emitan con mayor precisión el diagnóstico de enfermedades generó avances en los exámenes médicos como el TAC, los rayos X, PCR, entre otros. Estos ejemplos ilustran que el uso de ingeniería genética, robótica e inteligencia artificial han ido posicionándose en el tratamiento de múltiples enfermedades, (incluso las consideradas huérfanas) brindando a los pacientes una mejor calidad de vida.
Otro de los campos en los cuales se ha tenido un avance significativo es la informática. Para mencionar un ejemplo de cómo ha avanzado, sirvámonos de la banca. Hemos pasado de realizar largas filas y llenar formatos dentro de las sucursales bancarias a usar aplicaciones de corporaciones financieras que presentan casi todos sus servicios en forma remota y pueden ser utilizadas 24/7. De igual forma, la evolución en las comunicaciones ha sido notoria, los celulares y las computadoras se han vuelto indispensables para relacionarse con el mundo que nos rodea.
Por último, los medios de transporte no se han quedado atrás, la optimización en el uso de la energía y la implementación de tecnologías informativas han hecho que los desplazamientos sean más seguros, rápidos y sencillos, dándonos bienestar en la organización de la sociedad.
Ahora bien, no se puede negar que los aportes en la tecnología y en la ciencia han mejorado nuestra calidad de vida y poder adquisitivo; sin embargo, los grandes cambios siempre conllevan a grandes responsabilidades, una lección que no hemos aprendido. Es así, que la producción masiva en las diferentes industrias, las nuevas tecnologías y materiales utilizados en la construcción, han contribuido de forma significativa en el aumento de la contaminación ambiental y con esto en la pérdida de hábitat, flora y fauna. Sin mencionar, la gran cantidad de basura generada por la curiosidad de salir del planeta con exploración espacial.
Otro aspecto que se debe reflexionar con la creación de nuevas formas de comunicación más impersonales como las facilitadas por las redes sociales y el uso irresponsable del internet, es el hecho de que han impactado negativamente las habilidades comunicativas, sociales y motrices, aumentando los niveles de ansiedad, estrés y depresión, así como también, los daños auditivos, oculares y de túnel carpiano1.
Nos queda entonces un interrogante, el cual está bien que nos planteemos y es bueno que intentemos responder, quizá con ello podamos tomar conciencia de lo útil que son la tecnología y la ciencia, pero al mismo tiempo lo perjudicial si se usa inadecuadamente. Si bien, las máquinas han cambiado al mundo, ¿qué tan bueno es para nuestra sociedad depender y confiar más en ellas sin mirar el impacto sobre el planeta, que confiar en el humano que las crea?
[1] https://www.universia.net/co/actualidad/vida-universitaria/6-enfermedades-provocadas-uso-excesivo-tecnologia-1141705.html